La compañía encargada de proveer su procesador a las compañías de teléfonos inteligentes más importantes del mundo, anunció su nuevo producto, que probablemente veremos en los primeros equipos de gama alta en 2017.
Esto, según palabras de la compañía podría dar a los fabricantes la posibilidad de hacer teléfonos más delgados, con más espacio para nuevos componentes o simplemente darle a sus equipos baterías más grandes, lo que acompañado al rendimiento y eficiencia en temas de manejo de poder podría darnos equipos con duración energética más eficiente en el corto plazo.
En lo que refiere a poder bruto, el procesador es un 27% más rápido que el Snapdragon 821 e incluye carga rápida 4.0, con todos los protocolos integrados para funcionar de manera óptima con el nuevo estándar USB-C. Cabe mencionar que el nuevo juguete de Qualcomm tiene un mejorado medidor de voltaje para prevenir sobrecalentamientos y sobrecargas.
Los rumores nos hacen pensar que el primer teléfono en contar con esta máquina a bordo será el Samsung Galaxy S8, pero el paso del tiempo nos dirá realmente quién estrenará lo que será la vara a alcanzar durante el 2017.