Hay que saber subirse al carro de las tendencias del momento y, a nivel de pantallas, está claro que la cosa tira hacia el diseño del Galaxy S8 (también visto en el Galaxy S7 edge y en el difunto Note 7, claro), con una pantalla con bordes marcadamente curvos que sin duda le dan un toque distintivo y muy atractivo a la vista. Google debe tener esto bastante presente, ya que los últimos rumores apuntan a que el próximo Pixel disfrutaría precisamente de un planteamiento similar.
Así lo aseguran desde el medio surcoreano Electronic Times, donde se apunta que la gigante de Mountain View tendría pensado invertir al menos 880 millones de dólares en LG Display Co. para que esta sea la encargada de proveerle sus pantallas OLED flexibles para la próxima generación del smartphone.
Esto sin embargo no aseguraría de momento nada, ya que según se apunta, la compañía asiática estaría en estos momentos estudiando la oferta de la marca estadounidense, no habiendo dado aún una respuesta al respecto.
En caso de que LG le dijera que no, las cosas se le podrían complicar un poco a la compañía. Samsung ya está atada con Apple -recuerda que se dice que el iPhone 8 de edición especial contará también con pantalla curvada y que Tim Cook ya ha pagado una importante suma de dinero por ello- y la también conocida en el sector Japan Display Inc. anunció que no estará produciendo pantallas de este tipo hasta que arranque el 2018.
Se espera que además de un Pixel a tope de prestaciones, con el citado panel y cámara notablemente mejorada (según dicen), Google también lance una versión del terminal mucho más accesible -¿te acuerdas cuando los Pixel eran sinónimo de precio ajustado? ¡ay!- que podría moverse en los mercados de tipo emergente.