El gobierno de Corea del Sur tiene un nuevo proyecto urbanístico entre manos llamado K-city: una ciudad en la que no vivirá nadie.
Se llama K-City y estrenará sus pavimentos en octubre, convirtiéndose en la urbe artificial más grande del mundo y triplicando el tamaño de MCity ,en Michigan, EE.UU., la mayor hasta ahora.
Sus 360.000 metros cuadrados estarán repletos de curvas de cemento, semáforos, señales de tránsito, carriles de autobús, zonas de estacionamiento, jardines y autopistas para poner a prueba todo tipo de vehículos de conducción autónoma.
También participarán Hyundai Motor Company, el mayor fabricante coreano de automóviles, y la surcoreana Kia Motors.
Una red de ingenieros y profesionales de software trabajan en el desarrollo de esta urbe tecnológica que, por el momento, todavía está en construcción.
K-City imitará las metrópolis reales para que las empresas puedan repetir sus experimentos una y otra vez sin poner en peligro la vida de ningún ciudadano.
Sin embargo, algunos expertos del diario económico Business Korea sugieren que el proyecto debería contar con más ingenieros profesionales y más plataformas porque los experimentos en sus pavimentos permitirán obtener datos fundamentales para futuros planes urbanísticos, seguros de automóviles y nuevos sistemas de vehículos autónomos.