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17 noviembre, 2016La industria de los exoesqueletos ya no es territorio exclusivo de las historias de ciencia ficción. Ya es una realidad. Un grupo de investigadores rusos y alemanes ha desarrollado una nueva clase de traje robótico, no para realizar labores de riesgo, sino para controlar a distancia otro robot, que quieren colocar en el espacio.
Como parte de un proyecto desarrollado bajo la coordinación del DFKI, los rusos y alemanes crearon dos prototipos: el CAPIO, un exoesqueleto con ocho puntos de contacto y el AILA, un robot que responde a los movimientos del primero, incluso aunque se encuentre a cientos de kilómetros de distancia.
En la primera prueba, que da apertura a esta nota. Se puede constatar cómo ambos componentes se encontraban separados, uno en Rusia y otro en Alemania, y aún así fue posible operar el robot AILA sin ningún contratiempo.
Uno de los puntos más interesantes es que incluso el CAPIO integra algunos controles hápticos, de modo que el operador puede «sentir» lo que está tocando con el AILA en el otro extremo de la conexión.
La meta máxima de este proyecto es llevar un robot a la Estación Espacial Internacional (ISS) para integrarlo como una herramienta de control a distancia.
Los resultados mostrados en ambos audiovisuales son una prueba firme de que van por buen camino y será cuestión de tiempo antes de ver al AILA en el espacio.